jueves, 1 de octubre de 2015

Amanecer del Segundo Día. Quedan 48 horas.

La música suena más rápido, las nubes de lluvia empiezan a descargar su ira y la amenaza de la Luna es cada vez más intimidante. Empiezo a plantearme cosas que ya no me da tiempo a hacer, pero no con nostalgia, sino con ilusión. Ya ha pasado un día, pero todavía quedan dos. Paciencia.

Y recuerda que aunque llueva, mañana amanecerá despejado, y las nubes dejarán paso a un cielo tan claro que nada ni nadie podrá esconderse.

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