La música suena más rápido, las nubes de lluvia empiezan a descargar su ira y la amenaza de la Luna es cada vez más intimidante. Empiezo a plantearme cosas que ya no me da tiempo a hacer, pero no con nostalgia, sino con ilusión. Ya ha pasado un día, pero todavía quedan dos. Paciencia.
Y recuerda que aunque llueva, mañana amanecerá despejado, y las nubes dejarán paso a un cielo tan claro que nada ni nadie podrá esconderse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario