sábado, 31 de octubre de 2015

Fenêtre


Sí, este es mi cuarto.
No, no me he molestado en recoger.
Sí, la cama y la ventana son tan grandes.
Sí, la ventana está ubicada al sur, por lo que cada vez que hay sol, lo veo todo.
No, hay mucho más sol del que pensáis.
Sí, a las 8 de la mañana ya es de día.
Eso sí, a las 6 ya es de noche, y cada vez antes.

Cae agua, pero no llueve.

Siento que haya pasado tanto tiempo desde la última vez que escribí, pero la verdad es que no hay demasiado que contar.

Sigo buscando trabajo, algo con lo que contaba inicialmente, así que no me desanimo. pero tampoco me rindo. La falta de rutina sí que me pesa un poco más, pero me voy haciendo a ello.

El resto ya os podéis imaginar: supermercados, CVs en persona, CVs online, un paseo, música, ordenador... No hay más. Bueno, hay un proyecto de rol en marcha que va cogiendo forma, pero está por ver si sale bien.

Sigue sin llover, por lo menos lo que yo considero llover. Ayer me mojé un poco, pero ni por esas. Eso sí, ayer me pelé, así que doy oficialmente por iniciada la temporada de frío. De aquí a unos días las temperaturas bajan, seguro. Me extrañaría que no fuera así, porque siempre me pelo cuando hace más frío.

Y como siempre, ¡feliz año nuevo!

lunes, 12 de octubre de 2015

Primera entrada.

Bueno, ya han pasado casi 10 días. Algo tendré que contar. Ante todo digo que no estoy teniendo demasiadas ganas de escribir.

Sí, sigo vivo. Sí, estoy bien. Y no, el tiempo no es tan malo. Aquí dejo unas fotos para demostrar que la eterna lluvia de esta región son un mito.



Sí, también hay nubes.

Como veis lo estoy pasando realmente mal.


Pero por supuesto que hay diferencias. Por ejemplo, la comida, en general, es más cara. Ejemplo práctico: un litro de aceite de oliva, marca blanca de supermercado, alrededor de 6.50€. Sí. Mi orgullo me impide pagar tanto. El autobús es otro cambio que me ha llamado la atención. La tarifa varia depende de lo lejos que vayas, algo que me parece muy sensato (aunque no tanto a mi bolsillo). Eso sí, lo mínimo que te vas a gastar es 2€, pero con la tarjeta del bus de aquí (que no va por viajes, sino que es como una tarjeta de crédito) se queda en 1.50€. Tampoco salgo mucho de casa.

En la casa no hay zona común, no hay un salón en el que hacer vida común, y eso hace que no pase mucho tiempo con el resto de inquilinos, por muy buena gente que sean. Esto hace que pase mucho tiempo en mi habitación, mi enorme y luminosa habitación. Por desgracia estoy pensando mucho, pero esto me lo reservo para otro día.

Me despido por ahora con mi dirección, por si hay algún nostálgico/ romántico que quiera escribir cartas de esas arcaicas con sellos y todo. No os olvidéis del nombre.

          43 Woodlawn Park Grove
          Firhouse
          D 24 HX7W
          IRELAND

sábado, 3 de octubre de 2015

Amanecer de un Nuevo Día.

Y de repente ya es invierno.

El viaje queda atrás. Los sueños, las preocupaciones, los miedos. El juego ha terminado, ya no hay más días.

Ahora empieza el resto.



Todo ha salido muy bien: he dormido la mayoría del vuelo, los autobuses muy bien, hace fresquete (pero menos del que esperaba) y la casa y el casero genial. Mañana será otro día.

viernes, 2 de octubre de 2015

Noche del Día Final. Quedan 12 horas.

A unas simples horas del final, todavía no soy consciente de lo que va a pasar.

Como Link en el Majora's Mask, no me preocupa la cuenta atrás, pues con tocar una canción el Día Final se convierte en el primero, nunca llega a vivir los últimos momentos. Yo me siento igual, como si mañana fuera un día corriente y rutinario.

Quizás esa sea la clave, mañana es sólo un día más. Aunque la luna cubra todo el cielo. Aunque todos hayan huido de la cuidad. Aunque la batalla final sea inminente.


Estupenda merienda la de hoy.

Amanecer del Día Final. Quedan 24 horas.

Ya no llueve, pero la tierra tiembla de vez en cuando y la música es cada vez más frenética. La duda ha desaparecido: el final es inminente. El tiempo nunca se detiene, hay que seguir caminando.

Pronto guardaré el ordenador, y no lo sacaré hasta que haya llegado. La próxima vez que escriba ya estaré lejos (o puede que no).

jueves, 1 de octubre de 2015

No turning back


Noche del Segundo Día. Quedan 36 horas.

Soy una personas que cree en las señales, pero por una vez en la vida decido no escucharlas.

Siempre he creído que la suerte no existe. Las cosas pasan por un motivo, por muy misterioso e improbable que parezca. El tema es que debería estar en un dilema.

Por una parte, me parece irónico que ahora que me voy, estar aquí parece mejor que nunca. Las circunstancias a mi alrededor hacen incluso agradable mi estancia en Jerez. Pero claro, supongo que sólo me fijo en lo que quiero fijarme, en lo bien que se estaría aquí, como si el universo intentara que me quedara aquí.

Pero por otra parte, este viaje es algo que he querido hacer desde que tengo uso de razón. Puede que me salga muy mal, soy consciente, pero es algo que tengo que hacer.


En este caso las dudas toman forma de lluvia, pero la lluvia nunca me ha detenido.

Amanecer del Segundo Día. Quedan 48 horas.

La música suena más rápido, las nubes de lluvia empiezan a descargar su ira y la amenaza de la Luna es cada vez más intimidante. Empiezo a plantearme cosas que ya no me da tiempo a hacer, pero no con nostalgia, sino con ilusión. Ya ha pasado un día, pero todavía quedan dos. Paciencia.

Y recuerda que aunque llueva, mañana amanecerá despejado, y las nubes dejarán paso a un cielo tan claro que nada ni nadie podrá esconderse.